Educación en tiempos de coronavirus: Habla con tus profesores, ellos también están estresados
Hoy en día, con la pandemia mundial, nos enfrentamos a
cambios considerables en todos los niveles de nuestra vida. Hemos tenido qué
quedarnos en nuestra casa, evitar las reuniones, no acercarnos a la gente que
queremos y a nuestros amigos y cambiar la forma en que hacíamos las cosas. Con
los centros de trabajo, de educación y de entretenimiento cerrados, para evitar
una mayor difusión del virus, hemos tenido que modificar la manera en que trabajamos,
en que aprendemos. en que nos divertimos. Eso ha tomado a todos por sorpresa. El
#homeoffice, o trabajo en casa, ha obligado a todos a tener que invadir el
espacio privado con las obligaciones laborales.
Pero eso también ha cambiado la vida de los estudiantes. Han
tenido que hacer en línea lo que antes se hacía en un salón de clases. Por su
parte, los profesores han tenido que modificar la manera en que enseñaban. Muchos
de ellos, no están familiarizados con las nuevas tecnologías ni han sido
flexibles para encontrar una forma de enseñanza que permita el aprendizaje sin
provocar estrés en los estudiantes y en ellos mismos. Eso ha obligado a todos, profesores
y estudiantes, a tratar de encontrar un equilibrio entre la necesidad de
aprendizaje y las necesidades actuales. Pero no está funcionando muy bien.
Lo más importante, es replantearnos el objetivo del
aprendizaje. Es decir, qué queremos lograr cuando enseñamos y qué queremos
lograr cuando aprendemos. Ya no se trata sólo de cumplir los temas de un
programa ni de aplicar un examen para saber cuánto dominamos los conceptos. Se
trata (siempre se trató de eso, pero ahora más que nunca), de generar
herramientas para la solución de problemas en la vida práctica. El exceso de
tareas, en sustitución a las clases, solo ha provocado un mayor estrés en los
estudiantes, con muy pocos resultados. A su vez, los profesores se encuentran
revisando cientos de trabajos para tratar de evaluar el desempeño académico de
estudiantes que están aprendiendo muy poco.
En este escenario, tendríamos que recordar que, detrás de
una institución académica y un proceso educativo, se encuentran personas, que
necesitan adecuarse a los nuevos tiempos y necesitan aprender nuevas maneras de
recibir y dar conocimiento. Por lo tanto, es necesario aprender a volver a
relacionarnos como personas. Que los profesores encuentren alternativas de
aprendizaje, que no signifiquen un trabajo excesivo por parte de los
estudiantes; y que, a su vez, los estudiantes ofrezcan alternativas para
mejorar su aprendizaje.
Tenemos que aprender a adaptarnos a los nuevos tiempos y a
las nuevas formas en qué está ocurriendo el mundo, de lo contrario, no podremos
encontrar nuevos y mejores caminos para descubrir soluciones.
Habla con tus profesores. Ellos también son personas y, por
lo que sabemos, están tan estresados como tú.
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