Qué es un año sabático
En el mundo contemporáneo, estamos demasiado acostumbrados a seguir el mismo ritmo sin detenernos nunca.
Cuando somos estudiantes, de la primaria sigue la secundaria, el bachillerato, la universidad, la especialidad... Luego, el trabajo, la pareja, los hijos, los créditos, las hipotecas... Para cuando nos damos cuenta, ya es hora de mirar atrás y ver "qué hemos hecho de nuestra vida".
Además, todo y todos nos empujan a no detenernos nunca: los padres, l@s amig@s, la familia, la pareja, los compañeros de trabajo, etc. etc. etc.
Para colmo, tenemos en la cabeza: el futuro, los sueños, ser alguien en la vida, ser exitosos y felices.
En esa vorágine, nunca nos detenemos a pensar si todo eso en verdad no merece una pausa.
Aunque en muchos casos, especialmente por cuestiones de dinero, no es posible, existe lo que popularmente se conoce como año sabático.
Es un tiempo, no necesariamente un año pero más largo que las vacaciones, en que las personas nos podemos tomar una pausa de todos los compromisos que creemos tener con la vida cotidiana.
Sirve no solo para descansar, sino también para replantearnos cosas: ¿En realidad sé lo que quiero estudiar? ¿Eso que estudio, realmente me gusta? ¿El trabajo que hago me satisface? ¿Qué pasa si cambio de opinión?
En ese tiempo de pausa, se puede aprovechar para hacer otras cosas que no hacemos cotidianamente. Aprender algo distinto, probar opciones, tratar de pensar en las que tenemos.
Las personas que se atreven a hacerlo, descubren cosas, opciones y alternativas que de otra manera nunca hubieran pensado o se hubieran atrevido a plantearse.
Lo más importante es comprender que dejar de estudiar o trabajar un tiempo no es síntoma ni de fracaso ni de falta de sensatez. ES NECESARIO.
También es una forma de demostrar independencia respecto a las ideas de los otros. Que somos capaces de decidir por nosotros mismos y darnos una pausa de todo, incluso aunque eso "no esté bien visto".
Incluso en algunos espacios, se permite que cada determinado tiempo las personas se tomen un año sabático con goce de sueldo, lo cual es casi el paraíso.
Pero si aún no tienes compromisos ineludibles, una hipoteca impagable o hijos que morirán de hambre si dejas de hacer lo que haces, o precisamente porque estás a punto de adquirir alguno de esos compromisos, una pausa puede hacer que planees mejor, decidas mejor y tengas mejores resultados.
La velocidad de nuestra vida plantea al tiempo como enemigo. Pero, en realidad, puede ser un buen aliado para tomar mejores decisiones si sabemos hacer una pausa a tiempo.
¿Alguna vez te lo has planteado?
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