Cómo identificar una relación tóxica
Todos hablamos de ellas e, incluso, podemos identificar a más de una persona cercana que está en una relación tóxica. Sin embargo, es más fácil darnos cuenta de las relaciones ajenas que de las propias.
Y eso pasa porque, generalmente, no nos damos cuenta que son las pequeñas acciones cotidianas las que van construyendo un camino que conduce a la toxicidad y cuando al fin lo reconocemos nos resulta muy difícil salir de eso.
Si alguien te revisa el celular o no te deja salir con tus amig@s o juzga la manera en que te vistes o te comportas no es un asunto de confianza, sino de desconfianza.
Las relaciones se construyen de cariño mutuo, de aceptación, de admiración y de respeto por lo que somos. Pero si es necesario dejar de hacer lo que hacemos o lo que nos gusta por complacer a alguien, entonces estamos permitiendo que la exigencia aumente cada día un poco más hasta que se vuelve insoportable y, en vez de disfrutar la relación con otra persona, nos lastima y nos atormenta.
Es verdad que todos podemos equivocarnos, pero, ¿qué pasa si el juego de equivocarnos y perdonarnos se vuelve algo cotidiano? Entonces tenemos que entender que hay un conflicto entre nuestro bienestar y las actitudes de otr@.
No necesitamos llegar a eventos terribles para saber que algo no está bien. Si las cosas comunes que hacemos son motivo de conflicto, nos conducen a ocultar cosas o nos obligan a justificarnos todo el tiempo, entonces tenemos una relación que no nos da bienestar, sino conflicto.
Las relaciones se vuelven tóxicas porque hay alguien que nos impide hacer cosas que deseamos o nos obliga a hacer cosas que no deseamos y nosotros lo permitimos. Y todo empieza con cosas insignificantes que, después, se vuelve en algo terrible y doloroso.
Así que la mejor forma de evitarlo es ser consciente, desde el principio, que lo más importante es tu propio bienestar y que ese bienestar lo compartes con otra persona sin que eso signifique que eso te moleste o te lastime.
Aunque hay mucha publicidad alrededor de eso, las relaciones no se tratan de sufrimiento y sacrificio, sino de disfrute y bienestar compartido.
¿Y tú, qué cosas exiges o has permitido?
Comentarios
Publicar un comentario
Cuéntanos que opinas