Nadie me entiende: las consecuencias de estar con las personas equivocadas.
Todo lo que vamos cambiando a lo largo de nuestra vida depende del entorno en el que vivimos, la gente que nos rodea y las personas que, consciente o inconscientemente, influyen en nosotros.
La música que nos gusta, alguien nos la recomendó; los gustos que tenemos, coinciden muchas veces con las de nuestros amigos. Nos copiamos hasta gestos, ademanes y formas de vestir y de hablar. Nos mimetizamos con lo que nos rodea. Y conforme el grupo al que pertenecemos cambia, nosotros cambiamos con ellos y ellos con nosotros, porque cada miembro del grupo pone su parte, nosotros incluidos.
Pero, a veces, esos cambios no son en la misma sintonía. Puede ya no gustarnos lo que los otros hacen o queremos hacer cosas que los otros no, o ellos quieren hacer cosas que tú no quieres, y eso nos causa cierta incomodidad. Muchas veces acabamos cediendo para complacer al grupo o a una persona en específico, pero, si eso se vuelve la regla de cada día, entonces hay que replantearnos si realmente queremos seguir perteneciendo a un grupo que nos empuja a hacer y pensar cosas que para nosotros no son las mejores.
Nuestros disgustos personales y nuestras incomodidades con la vida suelen venir de "sentirnos obligados a ser y hacer cosas que no queremos pero que creemos que tenemos que hacer". La diferencia entre nuestros deseos y los de otros son los que nos hace sentirnos incómodos con nuestra propia vida. Y entonces llega la frase que todos hemos dicho alguna vez: "nadie me entiende".
Pero, si la incomodidad con nuestra propia vida depende de no ser capaz de satisfacer los deseos de los otros, solo hay dos caminos: Forzar nuestros propios deseos para satisfacer los de otros, lo cual solo hará que cada vez te sientas más y más disgustado y más y más abrumado. Hasta que, tarde o temprano, todo explote. El segundo camino es menos usado, pero mucho más funcional: encontrar un grupo de personas cuyos deseos coincidan con los tuyos. Así, nadie tendrá que forzar a nadie, porque lo que tú quieres coincide con los otros y viceversa. Esa es la mejor manera de estar en el mundo.
Por fortuna, hoy en día, a través de internet, podemos tener acceso a millones de foros y comunidades en donde se concentran personas de muy distintos gustos y preferencias. Seguramente, podrás encontrar uno, o varios, en donde te sientas con mayor comodidad y donde tus ideas se retroalimenten con las de otros y las hagan crecer juntos. Y crezcan juntos.
Descubrirás que esa sensación de que "nadie te entiende", en realidad significa: la gente que tengo cerca es la que no me entiende. Y solo se trata de encontrar nuevos grupos y nuevos caminos.
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